Había una vez en que yo vivía genial. Todo estaba muy
tranquilo. Jugábamos al fútbol, volábamos, pero un día un tipo me apareció por
la ventana mirándome, y me dijo que había detectado un asteroide duende de mil
metros; y yo no me lo creía, y me fui al
cuarto de estar a llevar esa vida aburrida. Al día siguiente hice lo mismo, y
al otro también, hasta que pasaron dos años y me aburrí y fui con un invento de
un loco al espacio, y vi que era verdad lo que me dijo ese tipo tan extraño. La
nave estaba en el espacio, y me subí de un salto al asteroide duende de mil
metros. Y al caer a la tierra con él,
todos mis amigos y yo dejamos de ser aburridos para siempre. Empezamos a jugar
con ese asteroide duende de mil metros.
ION GIL JANICES
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